sábado, 25 de enero de 2014

La conjura de las hormonas o el Síndrome de Homer Simpson

37 semanas. ¡Que no queda nada ya! Bueno, hasta que Chip y Chop decidan, pero no será mucho más. En la última visita al nuevo médico nos dijeron que eso de programar cesárea, de momento nada de nada, que vamos a dejar a la Naturaleza que haga su trabajo, que todo está perfectamente en orden. Bien, dejémosla hacer, pues. 

A lo largo (y ancho) de todo el embarazo apenas he tenido síntomas evidentes del proceso, como ya os he comentado en alguna ocasión. Parecía más algo casual y circunstancial que una compleja trayectoria de mi cuerpo generando dos nuevas vidas en su interior. JA. Hasta hace cosa de un par de semanas en las que parece que todo ha dado un giro vertiginoso y hasta simpático, podría decir. Aparte de una retención de líquidos casi súbita que me tiene los tobillos desdibujados y las manos dormidas y me provoca dolores y risas a partes iguales, o que mi estómago parezca  un temible volcán de los ácidos, nada parecía indicar que las hormonas, las dichosas hormonas, estuvieran haciendo verderos estragos. 

Y cuando me refiero a verdaderos estragos me refiero a nivel intelectual. De pronto he empezado a notar que me cuesta horrores concentrarme en una tarea concreta de determinada complejidad (no mucha, la verdad): leer, hacer la comida, recordar la lista de la compra o lo que tenía previsto hacer para esta tarde o mañana, e incluso a veces encontrar la palabra precisa en una conversación. El prepapá J fue quien me lo dijo primero, el otro día una amiga... pero yo ya me había dado cuenta de esta especie de Síndrome de Homer Simpson que consulté con el médico, a lo que me respondió entre risitas lo típico de "eso es cosa de las hormonas, que hacen que tus esfuerzos se centren ahora en el descanso y en prepararte para el Gran Cambio". 

Otras embarazadas me comentan que se sienten torpes físicamente, que se les caen cosas, que están despistadas... Me siento algo más comprendida cuando comparto esta sensación, porque empezaba a preocuparme. Me alegra saber que es pasajero y la verdad es que me río bastante cuando me veo en alguna situación de "espesura mental". Así que nada, que no cunda el pánico, que en breve volveré a estar lúcida y preparada para la gran batalla. Yo, de momento, a descansar todo lo que pueda y a disfrutar del silencio cuando quiera.

8 comentarios:

  1. A mi también fue al final cuando más guerra me dio el embarazo. Pin y Pon nacieron en la semana 36, mediante cesárea tras romper aguas mientras dormía. Pero como estaban de nalgas los dos pues cesárea si o si. La espesura mental no se quita tan fácilmente jajajajaj. Mucho ánimo que ya queda poco y que todo salga muy bien.

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    1. Gracias por la visita, Hortensia. Espero no quedarme mucho tiempo más con esta mente lenta porque es un cachondeo generalizado entre los míos, y ya me hacen equivocarme más todavía. Jaja... Muchas gracias por los ánimos.
      Un abrazo

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  2. jejejejej yo estoy de 28 semanas y parece que tenga mantequilla en las manos, todo se me cae....
    Y es verdad que la cabeza se espesa porque aveces estoy hablando y se me va lo que estaba diciendo..
    Belen suerte y espero prontito el post con la foto de esas preciosidades
    besitos

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    1. Hola, Tamara, vamos a ver cuánto tiempo más quieren quedarse por aquí dentro estos dos bichillos, jeje. Cuídate mucho y descansa!
      Un abrazo

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  3. Jaja pense que esto m pasaba solo a mi jeje estoy esperando gemelas tengo 34 semanas y tambn ando olvidadisa y cn manos d manteqilla como m dice mi novio je es bueno saber q no soy la unica a la q le pasa esto :) besos y suerte cn tus bbs

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    1. ¡Gracias, Roxana! Cuídate mucho, y ánimo con lo que queda, que ya no es nada.
      Un abrazo

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  4. Hola Belén:
    Me parto con tu entrada, me ha encantado el nombre del Síndrome, ya era hora de que alguien lo definiera con tanta precisión, gracias! Animo que sí, a todas nos ha pasado.
    Yo los despistes los empecé a acusar muy pronto... Y siento decirte que, en mi caso, de pasajeros nada. Todavía ayer me dejé las llaves del coche en el maletero (y no tenía copia de repuesto, ahora mismo me están reparando la luna que el papá rompió para poder recuperarlas).
    Pero no te preocupes, en lo que al cuidado de los bebés se refiere no tendrás ningún despiste, incluso después de semanas sin dormir. Nuestra naturaleza es fuerte y es precisamente la atención que ponemos en ellos, la que hace que nos despistemos en otras cosas.
    Un beso y suerte
    Ana

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    1. ¡Hola, Ana! Vamos a ver cómo acaba esto, porque ya miedo me da hasta meterme en la cocina, jajaja. Y más miedo pasa el prepapá a todas horas vigilando que no me tire el caldero por lo alto, o meta al gato en el horno :P
      Un besazo!!

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